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Friday, 10 January 2020
¿Cómo llegamos aquí? La historia de spinning en santa catarina Tuiteado a través de Tweets

Como es sabido, la gran ventaja del ciclismo es que al ser un deporte sin impacto, las lesiones son mucho menos frecuentes que en otros deportes. Si dejamos de lado las lesiones causados por las caídas, las molestias o lesiones que se generan dentro del ciclismo son de las llamadas sobreuso, esto es, por la repetición de una acción que no se encuentra bien desarrollado. Si algún ajuste entre el ciclista y la bicicleta no se encuentra bien acomodado, lo normal es que después de unos cuantos miles de pedaladas el organismo no sea capaz de soportar esa pequeña tensión y entonces aparezcan los dolores o las lesiones.

Ciertos ciclistas simplemente asumen que sus dolores son algo habitual, que todo el mundo los tiene y que solamente se tienen que acondicionar. Sobre la realidad…

La mayoría de los inconvenientes que surgen, se basan en que la bici tiene una estructura simétrica, mientras que el ciclista normalmente no. Ya sabemos que incluso el cerebro no es simétrico, porque el hemisferio derecho se encarga de ciertas tareas y el izquierdo de otro. Cuando observamos un ciclista en la bici, en un principio podría verse simétrico. Sin embargo si lo estudiamos en detalle, enseguida observamos que en casi todos los casos existen diferencias entre un lado y otro. Por este motivo, lo más lógico es que las molestias surjan. De esta manera, mientras más simétrico sea el ciclista menos probabilidades tendrá de sufrir algún tipo de molestia.

LA RODILLA

Gran parte de los problemas del ciclismo son precisamente los dolores en la rodilla. Curiosamente, la causa de la mayor parte de los dolores de rodilla no surjen en la rodilla sino en las articulaciones adyacentes: tobillo o cadera. Se sabe que , tanto la cadera como el tobillo poseen un grado de movimiento muy extenso. Sin embargo, el grado de movimiento de la rodilla es un poco más limitado: flexión, extensión y muy poca rotación. Por este motivo, si las articulaciones adyacentes no trabajan a la perfección suele ser la rodilla quien lo sufra al final, pues es la que está en medio.

Hay distintos tipos de dolores en la rodilla:

Dolor por detrás de la rodilla. Lo más frecuente es que el sillín esté muy alto, muy retrasado o las 2 cosas, o sea, la extensión de la pierna es exagerada.

Dolor en la cara externa de la rodilla. Suele producirse si el sillín se encuentra demasiado alto y/o atrasado.

Dolor en la cara anterior de la rodilla. Este es el dolor más frecuente entre los ciclistas. Normalmente se encuentra asociado a sillines muy bajos y/o adelantados así como a calas muy adelantadas en la zapatilla.

Dolor en la cara interna de la rodilla. Suele producirse si el sillín se encuentra muy bajo o cuando la cala está mal posicionada y no permite a el ciclista llevar los pies paralelos a la biela.

LA ZONA LUMBAR

Luego de la rodilla, la zona lumbar es la 2da dolencia más común entre los ciclistas. El motivo de estos dolores pueden ser de origen muy variado. No cabe duda que la posición del ciclista es el factor que más logra intervenir a la hora de tener problemas en la parte baja de la espalda. Los siguientes factores a menudo suelen ocasionar que la musculatura de esa parte del cuerpo trabaje en exceso: sillín demasiado alto, sillín demasiado atrás, manillar demasiado lejos del sillín, manillar muy bajo o manillar muy alto. Como se ha explicado anteriormente, todo tipo de desproporción podría originar la llegada de dolores lumbares al existir más peso en uno u otro lado, por lo que en estas situaciones lo conveniente es intentar solucionar o igualar la asimetría existente. En muchos casos, a pesar de que la postura en la bici sea correcta y no haya asimetrías la causa del dolor se puede deber a una desequilibrio muscular, provocado principalmente por una fragilidad de la musculatura responsable de estabilizar y mantener tanto la pelvis como la columna vertebral.

EL CUELLO, LA ZONA DORSAL Y LAS MANOS

Hay algunas circunstancias que provocan dificultades en alguno de estos tres puntos: las manos, el cuello o la zona dorsal. Usualmente, la causa es similar. Cuando la molestia es únicamente en un lado, normalmente es a causa de una asimetría en la cadera. No obstante, esta situación se puede optimizar cambiando la posición del ciclista con el propósito de aflojar los músculos. Si esta clase de dolores es semejante en ambos lados, por consiguiente debemos pensar que se trata de un inconveniente de regulación de la bici. El problema suele ser que la manos estén aguantando mucho más peso del necesario, es decir, están tensionadas todo el tiempo.

Para solucionar este problema aveces es efectivo retrasar el sillín, debido a que de este manera, retrasamos el centro gravedad. Si las molestias se concentran en el cuello o los trapecios habitualmente el problema es que el manillar está muy bajo o demasiado lejos del sillín. Esto genera una situación forzada para la musculatura de el área, que después de 2 o 3 horas de “soportar” la postura se fatiga y aparecen las molestias. Es necesario buscar una postura en la que los hombros estén descansados y bajos.

Los malestares así como el entumecimiento en los pies igualmente es un problema común en muchísimos ciclistas. Generalmente, es un inconveniente relacionado con un exceso de presión, o sea, la zapatilla es demasiado estrecha o muy pequeña para el pie del ciclista. Incluso, en ciertas ocasiones el inconveniente es que hay ciclistas que se aprietan en exceso las zapatillas. El exceso de presión logra perjudicar tanto a nivel nervioso como vascular y por consiguiente es una fuente de dolor o adormecimiento. Cuando la zapatilla es la apropiada, la colocación de la cala es un factor con una enorme influencia en la confort de los pies.

El solución más simple normalmente es retrasar la cala para no presionar directamente esa zona. Generalmente, la remedio es conseguir un mejor soporte del arco plantar con la idea de distribuir la presión de forma más uniforme a lo largo de toda la planta del pie.

El asiento de la bici es, en muchos casos, una fuente de dificultades. Lo interesante es que en numerosos casos la causa del problema o del malestar no es el asiento en sí, más bien es la posición del ciclista sobre él. El objetivo principal es lograr que la mayor parte del peso que recarguemos sobre el asiento caiga en los isquiones, o sea, los huesos de la pelvis. Si esto no pasa, la mayor parte de la presión se dirige a el área del perineo, con los molestias que esto conlleva: dolor y/o entumecimiento. Esta situación puede surgir de varias maneras. Una muy frecuente es utilizar asientos muy estrechos o con mucha caída, es decir, demasiado curvos. En estas situaciones, los isquiones no llegan a tener suficiente apoyo y suele pasar lo que acabamos de explicar. En otros casos el problema se encuentra en la posición del manillar. Si se encuentra muy abajo con relación al sillín va a provocar un exceso de flexión del tronco así como un aumento de la presión en la zona del perineo. Los sillines llamados antiprostáticos pueden proporcionar cierto grado de comodidad en la área del perineo, pero tampoco se tiene que ignorar que provocan mucho más presión sobre las zonas de apoyo.


Posted by garrettwmcd625 at 1:00 PM EST
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